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2023

14/07/2023

Te contamos quiénes son los mejores y peores nadadores y algunos consejos para ayudar a tu perro a nadar mejor.

No todos los perros saben nadar por naturaleza, aunque es un mito muy extendido. Sí es cierto que su instinto para sobrevivir hará que, en caso necesario, intenten mantenerse a flote y desplazarse por el agua moviendo rápidamente sus patas. Igual que cuando los humanos aprendemos a nadar y nuestro primer estilo es el del ‘perrito’. 

El éxito de unos y otros con la natación depende de su raza o genética, anatomía, edad, y estado de salud o condición física. Si no se le da bien, existen chalecos salvavidas para perros que puedes usar por seguridad. Además, tú puedes ayudarle a desenvolverse mejor en el agua y para ello te damos algunos consejos.

Los mejores nadadores

Las razas más disfrutonas en el agua son terranova, golden retriever y labrador retriever. Además, tienen las patas palmeadas, lo que significa que cuentan con una membrana interdigital que les permite usarlas a modo de aletas. Ese es su secreto para conseguir estabilidad en el movimiento y mejor impulso al nadar. El golden retriever, además, usa su cola como si fuera un timón.

Entre todos, el terranova es sin duda el mejor nadador. De hecho, es el elegido para desempeñar tareas de salvamento acuático, especialmente en Canadá y Estados Unidos, donde hay adiestradores especializados. Además de inteligente, es muy fuerte y capaz de arrastrar a una persona de hasta 70 kilos de peso.

Otras razas de menor tamaño, como el caniche y el perro de agua, tienen un cuerpo equilibrado sin demasiada grasa y no muy huesudo. Esto les permite mover cuello y las patas con facilidad. Además, su pelo rizado es tan espeso que puede que el agua ni llegue a tocarles la piel. Unido a su carácter juguetón, les convierte en unos locos por el medio acuático.

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Los peores nadadores

Por el contrario, los teckel o perros salchicha, corgis y basset hound, con patas cortas y cuerpos largos, no son nadadores ágiles debido a la forma alargada de su cuerpo y distribución del peso. Nadar les exige un tremendo esfuerzo físico. 

Los que encuentran más dificultades en el agua son las razas de hocico chato como bulldog, bóxer, chow chow o pug, porque les cuesta respirar mientras nadan. También, galgos y lebreles porque su forma, que les convierte en estupendos corredores, hace casi imposible la flotación. Y es peor todavía para el lebrel afgano u otras razas con pelo muy largo como el bobtail, porque el pelaje les dificulta el movimiento. Shih tzu, bichón maltés y pomerania en principio flotan mejor, aunque tienen poca resistencia y sus patas cortas no les garantizan la supervivencia en caso de tener que estar una rato largo en el agua. 

¿Y si le da miedo el agua?

En la playa, hay perros que se asustan de las olas. En los ríos, mientras que a unos perros les vuelve locos saltar sobre las piedras y mojarse, a otros les da pavor. Al final, los perros se acostumbran y aunque algunos no terminen de encontrarle la gracia, por lo menos sí pierden el miedo. Si no es así, hasta el punto de que crees que tu perro tiene fobia al agua, es probable que esté traumatizado por haberse caído alguna vez, probablemente cuando ya no era un cachorro, y haya experimentado la sensación de estar ahogándose. 

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Cómo puedes ayudarle

La natación es, además de un excelente ejercicio físico, una actividad divertida y refrescante para tu perro. Por ello, es conveniente que le acostumbres a estar en contacto con el agua desde cachorro siempre que sea posible. Saber moverse con desenvoltura en el agua también garantiza su seguridad durante el verano. 

Lo ideal es que su aprendizaje sea gradual, al igual que para los humanos, que desde cachorro aprenda a moverse como pez en el agua.

Por supuesto, lo harás más atractivo y divertido si juegas a lanzarle un disco volador o una pelota.

Aun en el caso de que sea un buen nadador, nunca lances a tu perro al agua. Deja que sea él quien tome la decisión de meterse. Si tiene miedo, no le obligues.

En la playa, prueba a ofrecerle agua dulce para beber antes y evitar así que beba agua del mar durante el baño. 

Evita riesgos con la piscina, especialmente si es privada, está sin vallar y el perro pasea solo por el jardín. Si es de paredes verticales y no está llena hasta el borde le resultará difícil salir. Aquí, además, el agua sin movimiento, al contrario de lo que ocurre en ríos y playas, se lo pone aún más complicado.

Después del baño, mójalo con agua dulce para quitarle la sal o el cloro, según el caso, y seca con mucho cuidado sus oídos. Son una zona muy sensible a la que hay que prestar atención.

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