Consejos si has decidido adoptar un perro
Hoy en día, muchas de las personas que optan por compartir su vida con un perro valoran la opción de adoptarlo en un refugio o protectora. Son muchas las ventajas de rescatar a un perro abandonado, tanto para el animal como para su nueva familia.
Pero para que todo el proceso sea positivo, hay que saber cómo llevar a cabo una adopción responsable o cómo dar la bienvenida a tu perro adoptado una vez que se lleva a cabo el proceso y la mascota va a llegar por primera vez a casa. Te lo contamos todo.
Si decides adoptar, te interesa conocer lo siguiente
Es importante que todos los miembros de la familia estén de acuerdo, que se hayan establecido roles de cuidados y se hayan valorado los distintos escenarios que pueden darse con la mascota en casa (vacaciones, horarios especiales de trabajo, etc.).
Adoptar a una mascota no puede responder a un capricho: es una decisión que tendrás que asumir durante muchos años con el objetivo de darle la mejor vida posible al animal.
Esto implica también “hacer cuentas”: valorar si se podrá comprar un pienso de calidad y atender a todas las obligaciones veterinarias sin que la economía familiar peligre.
Tras un proceso de reflexión en el que dar respuesta a todo esto, es el momento de ponerse en contacto con las protectoras de animales más cercanas y buscar a ese peludo que está esperando una segunda oportunidad.
La mejor forma de integrar a tu perro en casa
Teniendo todos estos puntos positivos en mente, hay que pensar también en cómo hacer correctamente la transición del animal desde el albergue hasta su nuevo hogar. Muchas veces los perros abandonados tienen miedos o son adultos con hábitos aprendidos que habrá que modificar con paciencia y mano izquierda.
Todo será mucho más fácil si se siguen los siguientes consejos sobre cómo dar la bienvenida a tu perro adoptado.
Lo primero: el vínculo
Siempre que sea posible, es interesante familiarizarse con el animal unas semanas antes de llevarlo a casa. Si el albergue está cerca y los voluntarios lo ven factible, lo recomendable es trabajar con tu nueva mascota todo lo que puedas antes de llevarlo a casa: paseos, sesiones de juego, prácticas de obediencia… Todo ello hará que se empiece a generar un vínculo imprescindible para que el perro confíe en ti cuando llegue la hora de abandonar el centro.
Un paseo que agote
El día de la adopción reserva todas las horas posibles para estar con tu peludo. Si es posible, tómate el día entero y recoge al perro por la mañana. De este modo, podrás trabajar todo el día con él para acostumbraros el uno al otro.
Antes de llegar a casa, dale un largo, larguísimo paseo por el barrio. Déjalo ir libre —siempre con correa— para que pueda oler, rastrear, hacer pis… De este modo, llegará a casa cansado y tendrá deseos de dormir plácidamente. Así, casi sin esfuerzo, asociará su nuevo hogar a un lugar seguro y confortable.
Déjalo husmear
En casa es interesante que todo esté preparado. Antes de su llegada habrás elegido el lugar de su cama, dónde estará el comedero, etc.
Al llegar a su nuevo destino, déjalo libre. Es el momento en el que el perro debe reconocer el que será su hogar a partir de ahora, por lo que conviene que explore sin la presión de un humano cerca.
Dale todo el tiempo necesario para que busque, huela, experimente… Conseguirás que la casa sea “su casa” en poco tiempo. Mientras, espéralo en su cama para el siguiente paso.
Enséñale su cama
En el momento en el que tu pequeño reconozca la casa, vete a su cama. Espéralo sentado en el suelo pacientemente. Cuando el peludo se canse de olfatear, seguramente te buscará y allí comienza el trabajo de enseñarle su cama.
Deja que se acerque y ayúdale a subir a la cama. En ese punto, espera hasta que el perro, por voluntad propia, se tumbe cómodamente. En ese momento, dale un pequeño premio y muévete para que te siga y salga del colchón.
Repite este proceso varias veces hasta que se quede cómodamente sentado. En ese momento, él ya sabrá que es su cama y allí se quedará.
Sin cariños y sin ruidos
Esta primera etapa es importante para crear un vínculo positivo y sano. Por eso, hay que cuidar mucho la dependencia del animal: un perro muy dependiente puede desarrollar ansiedad y pasarlo mal en el futuro.
Por ello, aunque te mueras de ganas, te recomendamos no ser excesivamente mimosos con la mascota en sus primeras semanas en casa.
Háblale con calma, con pocas palabras, evitando el ruido fuerte de música o televisión. Hazle algún cariño, pero deja para más adelante abrazos, besos y demás. De este modo, le demostrarás que la casa es un lugar para estar relajados, en calma, y que no tiene que estar completamente pendiente de ti todo el día.
Paciencia con los pipís y las cacas
Se trate de un cachorro o de un adulto, los perros adoptados suelen tener problemas con el control de esfínteres en la casa. Este es uno de los puntos más cruciales: has de tener una paciencia infinita.
No le riñas si te encuentras un pipí o una caca en el pasillo. De hecho, los expertos recomiendan retirarla sin decir nada al animal, sin darle importancia.
Para conseguir que haga sus cosas fuera, las primeras semanas sácalo todo lo posible a la calle y dale muchísima importancia cada vez que haga algo fuera. Poco a poco se irá acostumbrando a hacer sus deposiciones en el exterior.
No hay fiestas de bienvenida
Una cosa muy tentadora cuando se adopta un perrito es la habitual “rueda” de visitantes deseosos de conocer a la nueva incorporación a la familia.
Por mucho que cueste, es aconsejable dejar esto para más adelante. Al menos el primer mes en casa, el perro debe estar tranquilo y no ser agobiado con visitas, gente, ruidos, etc.
Si alguien quiere conocerlo, es mejor hacerlo en la calle, poco a poco, dejando que sea el perro el que se acerque, huela y se deje tocar.
Estos son los principales consejos que se han de seguir a la hora de llevar un nuevo compañero de vida a casa. Si te preguntas cómo dar la bienvenida a tu perro adoptado, siguiendo estos pasos verás como el proceso se hace sencillo, natural y agradable para todos los miembros de la familia.