¿Sabías que aunque un perro es capaz de detectar la hipoglucemia, la malaria o algunos tipos de cáncer, el animal con el mejor olfato del mundo es el elefante africano?
La capacidad de un animal para detectar olores está determinada por su genética, según una investigación de la Universidad de Tokyo publicada en la revista Genome Research (https://genome.cshlp.org/content/early/2014/07/16/gr.169532.113). Su conclusión es que el elefante africano tiene 1984 genes de receptores olfativos, más del doble que los encontrados en los perros y cinco veces más que los humanos. Es decir, la trompa del elefante no es solo la nariz más grande que conocemos, sino también la más potente. Más, incluso, que la de los osos, capaces de oler comida a varios kilómetros de distancia. El oso polar, en concreto, puede detectar el agujero en el hielo por el que una foca sumergida está respirando, aunque se encuentre a casi un kilómetro.
Sabemos, por tanto, que el sentido del olfato es fundamental para la supervivencia de muchos mamíferos. La capacidad de distinguir diferentes olores es importante no solo para olfatear alimentos, sino también para evitar depredadores y encontrar pareja, por ejemplo. ¿Sabías que los topos tienen la capacidad de oler en estéreo? Cada fosa nasal funciona de forma independiente de la otra, enviando señales diferentes al cerebro. Ello les ayuda a determinar de dónde viene el olor con gran precisión.
En el caso de los humanos, nuestra postura erguida hizo que la nariz se alejara de la tierra, que es donde se encuentran la mayoría de los olores, y el sentido del olfato evolucionó. Según un estudio de la Universidad Rutgers-New Brunswick (EEUU), el olor influye en nuestro comportamiento porque genera emociones y forma percepciones, ya que puede refrescarnos determinados recuerdos. También, nos ayuda a decidir qué nos gusta comer y qué no.
Detectar enfermedades en las personas
Tanto animales como humanos nos valemos de los sentidos para conocer el mundo y configurar nuestra realidad, aunque utilizamos la vista, el olfato, el oído y el tacto en diferente orden. Nosotros nos basamos primero en lo que vemos, mientras que ellos sacan sus primeras conclusiones y se fían más del olor. Alexandra Horowitz, psicóloga cognitiva que lleva años trabajando con animales, hizo referencia a la potente nariz del perro en su libro En la mente de un perro, donde explica que una persona puede notar si al café le han añadido azúcar, pero “un perro puede detectar una cucharadita de azúcar disuelta en dos piscinas olímpicas llenas”. Esta es la principal razón que ha llevado a los perros a ser grandes aliados de policía, bomberos e incluso médicos. Se ha demostrado que tras entrenarlos con el método de adiestramiento positivo, es decir, enseñarles a que encuentren un olor a cambio de un premio, casi nunca se equivocan.
La labor más conocida de los perros en relación con su olfato es la detección de drogas. También, la búsqueda de supervivientes bajo los escombros como vimos, por ejemplo, tras el terremoto que tuvo lugar a principios de 2023 en Turquía. Hoy en día, los avances más importantes los encontramos en el campo de la medicina: los perros pueden detectar algunas enfermedades como hipoglucemia, malaria o cáncer.
¿A qué huele el cáncer?
No se trata de que las enfermedades tengan un olor determinado que el perro pueda distinguir. Lo que los investigadores han conseguido es que el perro identifique la presencia de determinadas condiciones médicas (aquellas para las que han sido entrenados) a partir de varias muestras de orina, saliva o aliento.
La ONG británica Medical Detection Dogs (https://www.medicaldetectiondogs.org.uk/) es una de las organizaciones dedicada a adiestrar a los perros llamados de ‘biodetección’ con el objetivo de diagnosticar enfermedades de forma precoz, a través de métodos menos invasivos y menos costosos. Ha tenido éxito con el covid-19 y el cáncer de próstata. También, con la diabetes tipo 1. Para esta última entrenaron a Magic, un labrador que detecta las bajadas de azúcar de su compañera humana y alerta cuando necesita ayuda.
Esta ONG colabora con la Universidad de Durham, la London School of Hygiene and Tropical Medicine, y la Unidad del Consejo de Investigación Médica en Gambia, para detectar la malaria en niños asintomáticos sin necesidad de realizar un análisis de sangre y, por tanto, sin que haga falta disponer de un laboratorio. Se recolectaron calcetines usados durante 24 horas por 400 niños en edad escolar en cuatro lugares diferentes. Los calcetines se usaron para entrenar con éxito a cuatro perros que consiguieron diferenciar los que usaban los niños portadores del parásito de los que no tenían malaria. El objetivo final de la investigación es que los perros puedan distinguir al cien por cien los fluidos corporales de las personas que sí están infectadas.
También en España
En el Hospital Clínic de Barcelona (https://www.clinicbarcelona.org/) se está llevando a cabo una investigación que tiene como protagonista a un perro llamado Blat, una mezcla de pitbull y labrador. Olfateando diferentes muestras de aliento, Blat puede decir qué paciente tiene cáncer de pulmón con un 95% de fiabilidad. El propósito de los investigadores es desarrollar un método de diagnóstico de este tipo de cáncer cuando está en sus primeras fases, ya que actualmente se suele descubrir en estado muy avanzado.
El estrés emite señales químicas que los perros pueden oler
Los humanos producimos diferentes olores a través de nuestro sudor y aliento cuando estamos estresados y los perros pueden diferenciar este olor del que generamos cuando estamos relajados. Es la conclusión de la investigación de la Queens’s University de Belfast, cuya mayor contribución ha sido ayudarnos a comprender cómo los perros pueden interpretar e interactuar con los estados psicológicos humanos.